Veinte años han pasado y algunas cosas no han cambiado. El 7 de junio de 1992 el periódico Presencia publicaba un artículo
mío escrito a raíz del Censo sobre la categoría “jefes de hogar”. Pues hoy he constatado que…sigo siendo esposa
de un jefe de hogar. - Transcribo a continuación el artículo publicado entonces por
Presencia...comentarios sobran.
SOBRE JEFES Y JEFES - A PROPÓSITO DEL CENSO EN BOLIVIA“¿Cuál es su nombre?” - Me disponía a contestar cuando el empadronador se adelantó: “el del JEFE de familia primero”. Como no había nadie más en la sala tuve que deducir que el turno era de mi esposo y elegantemente le cedí la palabra, pero me quedó la duda sobre cuál debía ser entonces mi ítem en el seno familiar: “asistente de dirección, “secretaria”, “apoyo técnico”…
Más tarde comentando
con mi madre me dijo que “siempre había sido así”. No me cabe ni la menor duda al respecto, pero
quizás haya llegado la hora de cambiar.
Me ocupé también de averiguar sobre los requisitos para ascender al
menos a una co-jefatura, pero me informaron que por regla general el “ascenso”
se daba sólo por ausencia, no por eficiencia… un costo demasiado alto.
De cualquier manera el
objeto de esta nota no radica en la reivindicación de una “jefatura femenina”,
ya que se toma como punto de partida que las relaciones de pareja, y así
también las de familia, no pueden ser tratadas en términos de jefes y
subalternos.No es mi intención convertir este artículo en una “ofensa” o “atentado” feminista. Simplemente deseo llamar la atención sobre ciertos conceptos que no son otra cosa que una forma más de violencia y discriminación contra la mujer. Y si es cierto que “el ejemplo comienza por casa”, entonces todos aquellos discursos contra el autoritarismo y la violencia en esta era de democracia deberán inicialmente proyectarse en un mayor respecto y valoración de la mujer
Mujer no hay una sola. Existen miles de formas de ser mujer, así como también existen miles de formas de vivir la masculinidad. Creo, sin embargo, que en los albores del siglo XXI los seres humanos ya no pueden ser valorados ni jerarquizados por su género, sino sólo por sus acciones. Es hora de mirar más allá de las apariencias…"
Me encantó! Bravo por el blog...
ResponderEliminarBesosssssss desde Baires en flor y con lluvia.
Lidia
Me he encontrado con su artículo y me he permitido replicarlo, espero no le moleste. Que triste, luego de casi 30 años, las cosas sigan casi/exactamente igual.
ResponderEliminarMe permito adjuntar link del re-post: https://bit.ly/3vNfVIz
Saludos desde México