Bienvenid@s a este espacio para trastocar y trast(R)ocar!!!
Trastocar equivale a trastornar, revolver, alterar el orden, confundir, subvertir. Trastrocar significa cambiar el ser o estado de una cosa, dándole uno diferente del que tenía. Ambos se asocian a transgresión y conspiración….Se trata de difundir, proponer, dialogar, expresar, incidir, cuestionar... más allá de lo obvio y de lo convencional. Este es un espacio para intercambiar, crear y re-crear imágenes para un mundo mejor. Quedan tod@s invitad@s!!!

sábado, 27 de septiembre de 2014

¿QUIÉNES SON HOY L@S SUJET@S DE LAS POLÍTICAS PÚBLICAS?



El reconocimiento de la pluralidad, de la subjetividad y de la existencia de múltiples, complejas y cambiantes verdades y realidades está en el centro de estos tiempos postmodernos, y se contrapone al paradigma de la modernidad centrado en la razón, la objetividad y la existencia de un “set” de necesidades compartidas entre seres humanos.
L@s ciudadan@s de hoy desafían las certezas, los límites y las nociones de la temporalidad, así como lo estático y “manejable”: El singular se vuelve plural, el “es” se vuelve “está”, los opuestos coexisten, las categorías mutan, los simple y unívoco se vuelve complejo… 
Edgar Morin nos recuerda que la complejidad es un tejido de constituyentes heterogéneos inseparablemente asociados, que presenta la paradoja de lo uno y lo múltiple. La complejidad se presenta así con los rasgos inquietantes de lo enredado, del desorden, la ambigüedad, la incertidumbre...
¿Cómo lidiar con ello desde las políticas públicas?  ¿Cómo responder a sujet@s que son much@ y much@s en un@?  - Las políticas públicas tienen hoy el desafío de responder a necesidades y ante todo concepciones y aspiraciones de sujet@s quienes:

Þ     Reivindican el derecho a la diversidad, una diversidad que no tiene límites.

Þ     Quieren autodenominarse, lo que significa la emergencia permanente e limitada de nuevas categorías.

Þ     Emergen desde identidades “inexistentes” en contextos “tradicionales”.

Þ     Reconocen y reivindican sus múltiples identidades y realidades.

Þ     Evidencian y cuestionan los estereotipos, los estigmas…la “normalidad”.

Þ     Ejercen identidades cambiantes sin necesidad de conflicto o contradicción.

De que la cosa es complicada, lo es, pero quienes tienen la desafiante tarea de diseñar e implementar políticas públicas no pueden jugar al avestruz y pretender que l@s de hoy somos como l@s de ayer, ni que hoy somos como ayer…

miércoles, 24 de septiembre de 2014

¿INCLUSIÓN = TRANSFORMACIÓN?


 


Días ya que el concepto de “inclusión” resuena en mis oídos y me produce cierta incomodidad; la semana pasada una mujer colombiana afrodescendiente decía elocuentemente ante un auditorio internacional “no queremos que nos incluyan…”.  Lo anterior me motiva a reflexionar y escribir unas líneas sobre uno de los conceptos posiblemente más “populares” y “políticamente correctos” de nuestros tiempos.

De acuerdo al Diccionario de la Real Academia Española, “incluir” significa “Poner algo dentro de otra cosa o dentro de sus límites”.  Conforme a esta definición, en primer lugar “alguien” pone “algo”, es decir, existe un sujet@ con poder para poner a ese algo = alguien “dentro” de otra cosa, o de sus “límites”.  En otras palabras, alguien (individual o colectivo) tiene el poder para decidir incluir  (o no) a otr@ (individual o colectivo), y lo hará dentro de lo “normando” – los limites- y “normalizando” su existencia en función a su orden, su verdad y manera de ver las cosas.

La “inclusión” entonces resulta siendo un acto que lejos de cuestionar el orden hegemónico y los poderes jerárquicos, muchas veces los reafirma y los legitima con un toque de benevolencia. Quien incluye decide a quién, cuándo y cómo incluir, sin que ello amenace su poder.  A través de la inclusión se reproducen así relaciones desiguales, de subordinación y endeudamiento, ya que el/la elegid@ no puede sino estar en deuda de por vida con quién tuvo el gesto benevolente de incluirl@ y otorgarle legitimidad, en un orden además considerado superior.  En ese contexto la “subordinación voluntaria” resulta en una manera de demostrar al/la otr@ agradecimiento y “ponerse a su servicio” incondicionalmente para devolver el favor…

Es más, el/la incluid@ será puesto a prueba permanentemente, pues además debe demostrar que merecía ser incluid@, pues quien incluye también tiene el poder de excluir…