Bienvenid@s a este espacio para trastocar y trast(R)ocar!!!
Trastocar equivale a trastornar, revolver, alterar el orden, confundir, subvertir. Trastrocar significa cambiar el ser o estado de una cosa, dándole uno diferente del que tenía. Ambos se asocian a transgresión y conspiración….Se trata de difundir, proponer, dialogar, expresar, incidir, cuestionar... más allá de lo obvio y de lo convencional. Este es un espacio para intercambiar, crear y re-crear imágenes para un mundo mejor. Quedan tod@s invitad@s!!!

miércoles, 21 de noviembre de 2012

CENSO: SIGO SIENDO ESPOSA DE UN JEFE DE HOGAR



Veinte años han pasado y algunas cosas no han cambiado.  El 7 de junio de 1992 el periódico Presencia publicaba un artículo mío escrito a raíz del Censo sobre la categoría “jefes de hogar”.  Pues hoy he constatado que…sigo siendo esposa de un jefe de hogar. - Transcribo a continuación el artículo publicado entonces por Presencia...comentarios sobran.
SOBRE JEFES Y JEFES - A PROPÓSITO DEL CENSO EN BOLIVIA

“¿Cuál es su nombre?” - Me disponía a contestar cuando el empadronador se adelantó: “el del JEFE de familia primero”.  Como no había nadie más en la sala tuve que deducir que el turno era de mi esposo y elegantemente le cedí la palabra, pero me quedó la duda sobre cuál debía ser entonces mi ítem en el seno familiar: “asistente de dirección,  “secretaria”, “apoyo técnico”…

Más tarde comentando con mi madre me dijo que “siempre había sido así”.  No me cabe ni la menor duda al respecto, pero quizás haya llegado la hora de cambiar.  Me ocupé también de averiguar sobre los requisitos para ascender al menos a una co-jefatura, pero me informaron que por regla general el “ascenso” se daba sólo por ausencia, no por eficiencia… un costo demasiado alto.
De cualquier manera el objeto de esta nota no radica en la reivindicación de una “jefatura femenina”, ya que se toma como punto de partida que las relaciones de pareja, y así también las de familia, no pueden ser tratadas en términos de jefes y subalternos.

No es mi intención convertir este artículo en una “ofensa” o “atentado” feminista.  Simplemente deseo llamar la atención sobre ciertos conceptos que no son otra cosa que una forma más de violencia y discriminación contra la mujer.  Y si es cierto que “el ejemplo comienza por casa”, entonces todos aquellos discursos contra el autoritarismo y la violencia en esta era de democracia deberán inicialmente proyectarse en un mayor respecto y valoración de la mujer

Mujer no hay una sola.  Existen miles de formas de ser mujer, así como también existen miles de formas de vivir la masculinidad.  Creo, sin embargo, que en los albores del siglo XXI los seres humanos ya no pueden ser valorados ni jerarquizados por su género, sino sólo por sus acciones.  Es hora de mirar más allá de las apariencias…"

NOSOTR@S Y L@S OTR@S


Varias veces ya desde hace años he visto publicado en la prensa boliviana el artículo de Hans Magnus Enzensberger (1929 - agudo ensayista y poeta alemán- titulado “Soliloquio de un perplejo”, pero no me canso de leerlo y releerlo.  Hoy, día del Censo en Bolivia, me parece una excelente oportunidad para rescatar y reflexionar en torno a sus principales planteamientos, y su significado en relación al censo, sus categorías y formas de crear objetividad desde la subjetividad. Volvemos al tema de la identidad como dinámica y relacional, y a lo relativo en últimas de esas respuestas que cuando aparecen como números y porcentajes incluso con varios decimales nos parecen una verdad incuestionable que nos deja sin palabras.
Y una pregunta central: ¿Somos más diferentes que parecidos….o de qué dependerá?   -  L@s dejo con Enzensberger:

“Nosotros somos nosotros, y los otros son los otros.  ¡Que quede muy claro! ….A veces me pregunto si en realidad nosotros somos nosotros.  Puesto que nosotros, como es natural, somos al mismo tiempo los otros de los otros.  A veces yo mismo no sé si soy uno de los nuestros o uno de los otros.  Eso es lo malo.  Mientras más cavilo más difícil me resulta distinguir entre nosotros y los otros.  Si se los mira con atención, cada uno de los nuestros es condenadamente parecido a uno de los otros y viceversa.  A veces yo mismo no sé si soy uno de los nuestros o soy otro.  Lo preferible sería ser yo mismo, pero naturalmente eso es imposible”.

sábado, 10 de noviembre de 2012

La interculturalidad: Elementos para reflexionar cómo vamos


La coexistencia de distintas culturas no necesariamente implica relaciones interculturales (positivas). Es más, en sociedades altamente estratificadas, discriminatorias y excluyentes, el multiculturalismo puede por el contrario generar dispositivos de rechazo y resistencia al encuentro y comunicación interculturales que implican:

 ü  La valoración, respeto y reconocimiento como legítimas de culturas distintas.

ü  El encuentro para el diálogo abierto y reflexivo entre culturas.

ü  La capacidad autocrítica de las culturas para reconocer y asumir las relaciones de poder y formas de exclusión y discriminación intraculturales.

ü  Una visión histórica y dinámica de las culturas, que se abren a la posibilidad de aprendizaje y cambio para ampliar la inclusión, la equidad y la igualdad de oportunidades entre todos y todas, sin que ello implique la pérdida de identidad cultural.

ü  La aceptación de la posibilidad de conflicto, como oportunidad de cambio, re-creación y construcción conjunta.

La traducción de una realidad multicultural en intercultural pasa porque l@s sujet@s desarrollen una “competencia intercultural”, que Chen y Starosta definen como “la habilidad para negociar los significados culturales y de actuar comunicativamente de una forma eficaz de acuerdo a las múltiples identidades de los participantes”.  Escoffier, por otra parte, establece una “guía” para llevar a cabo el diálogo intercultural:
 
  1. Nada es inmutable. Cuando se inicia un diálogo un@ debe estar potencialmente abierto al cambio.
  2. No hay posiciones universales.  Todo está sujeto a crítica.
  3. Hay que aprender a aceptar el conflicto y la posibilidad de que se hieran los sentimientos.
  4. Hay cierta perversidad en la historia que nos han enseñado: Las identidades se han hecho en oposición a las de l@s otr@s.
  5. Nada está cerrado.  Cualquier cuestión puede siempre reabrirse.
Entonces, ¿cómo vamos por casa respecto a la interculturalidad?

 

CULTURA(S): EN PLURAL Y EN MOVIMIENTO

La concepción de “la cultura” como patrimonio de una élite “culta”, con altos niveles de educación y formación intelectual, es etnocéntrica: asume que la propia cultura es superior y juzga otras culturas con los estándares propios.  Empero, las miradas conservadoras y excluyentes de las culturas también permean otras aproximaciones más “modernas” y supuestamente más abiertas de  las culturas, que con todo no reflejan una mirada más abarcadora e incluyente de la diversidad intra-cultural, así como de sus transformaciones en el tiempo.

En su libro sobre Democratización a través de Globalización, Gianotten y  De Wit enfatizan que “las comunidades tradicionales son consideradas como reservas incambiables de tradiciones bonitas que no se deben perder, o como fortalezas de conservadurismo” y alertan que “ambos enfoques rinden homenaje a la equivocación fundamental de que las culturas son estáticas e incambiables”:
 
“En la amazonía peruana, vive un grupo de indígenas Aguaruna a una distancia de tres días por barco y diez horas a pie de la ciudad intermedia más cercana.  Es uno de los grupos indígenas que ha mantenido muchas tradiciones, en particular respecto a la explotación de la selva tropical.  Por lo tanto, generalmente las descripciones de los Aguarunas son muy exóticas, pero nunca dicen que los días domingos los jóvenes se ponen sus Nikes, porque los hombres van a jugar fútbol y las mujeres voleibol”.

 El preservacionismo cultural y la exacerbación de las particularidades y homogeneidad de una cultura, son parte de los fundamentalismos actuales que amenazan las posibilidades de una coexistencia pacífica, desde el encuentro, el intercambio respetuoso y el aprendizaje. Pero independientemente de nuestras voluntades, el mercado, la globalización, los medios de comunicación, la migración, las TICs, han contribuido a contrarrestar estas imágenes binarias del fundamentalismo cultural, dinamizando procesos de encuentro intercultural, la construcción de nuevas identidades, así como dinámicas de adaptación y movilidad cultural transitoria, que permiten a l@s sujetos transitar entre identidades culturales sin ningún “conflicto” ni identitario ni de legitimidad.  Similar a lo observado entre el grupo Aguaruna, en el altiplano boliviano much@s jóvenes transitan entre tatuajes, piercings y la vestimenta indígena típica; entre discusiones sobre diversidades sexuales, el machismo de los cuarteles y las ceremonias indígenas tradicionales.

Pero es hora no sólo de cambiar nuestros lentes para mirar las culturas de l@s otros, sino de hacernos cargo de nuestra propia cultura y de nuestra participación y responsabilidad como vividores/as y hacedores/as de cultura(s) y encuentros interculturales.