Bienvenid@s a este espacio para trastocar y trast(R)ocar!!!
Trastocar equivale a trastornar, revolver, alterar el orden, confundir, subvertir. Trastrocar significa cambiar el ser o estado de una cosa, dándole uno diferente del que tenía. Ambos se asocian a transgresión y conspiración….Se trata de difundir, proponer, dialogar, expresar, incidir, cuestionar... más allá de lo obvio y de lo convencional. Este es un espacio para intercambiar, crear y re-crear imágenes para un mundo mejor. Quedan tod@s invitad@s!!!

martes, 5 de febrero de 2013

A PROPÓSITO DE “LA MUJER” O “LAS MUJERES”: FALENCIAS TEÓRICAS Y METODOLÓGICAS DE LA ANTROPOLOGÍA DE LAS MUJERES

En el frecuente uso del singular “la mujer” para referirse a “las mujeres” en general, pareciera esconderse una noción esencialista de la feminidad, similar a aquella que en los 70 impulsó la propuesta de una Antropología de las Mujeres.
En aquella década los estudios sobre las mujeres plantearon una revisión de las premisas antropológicas.  El tema en cuestión no fue, como se podría esperar, la exclusión de las mujeres de los reportes etnográficos, ya que se consideraba que dada la preocupación antropológica tradicional con el parentesco y el matrimonio, siempre habían estado presentes.  El problema que se planteaba era la forma cómo eran presentadas las mujeres.  Las etnografías fueron criticadas por presentar realidades parciales y distorsionadas dado su múltiple sesgo masculino,que debía ser confrontado.
El resultado de este proceso de revisión fue una Antropología de Mujeres (“women’s anthropology”), que buscaba traer nuevamente a las mujeres como protagonistas al escenario.  La nueva investigación etnográfica fue entonces concebida como una conversación “de mujer a mujer”, que al eliminar la participación masculina tanto del rol del antropólogo como del informante, planteaba erradicar automáticamente la posibilidad de un sesgo masculino.  Es más, suponía un referente y comprensión naturalmente compartidos entre la antropóloga y la informante basados en una “feminidad” común.
Una de las mayores críticas hecha a esta empresa tiene que ver con el supuesto implícito sobre la existencia de una “esencia femenina” universal y, consecuentemente, de una “mujer universal”.
En 1980 Marilyn Strathern fue una de las primeras antropólogas en abordar las falencias de dicha premisa y, consecuentemente, de todo el proyecto de una Antropología de Mujeres.  Ella argumentaba que la creencia de que una antropóloga mujer lograría traer a su investigación una doble conciencia que resultaría en estudios integrales, precisos y objetivos, reflejaba las mismas debilidades metodológicas y teóricas que el abordaje antropológico innovador buscaba eliminar.  El resultado era finalmente sólo la transposición de un sesgo masculino a uno femenino, y en esencia ambos eran lo mismo.
De acuerdo a Strathern, la Antropología de Mujeres acríticamente acepta del sesgo femenino como “objetivo”, al no discriminar el género de la antropóloga del género de  sus ideas.   Ella argumenta que las mujeres occidentales son tan reproductoras del patriarcado occidental como los hombres.  La calidad del sesgo masculino y femenino es la misma en esencia, pero el ser mujer parecía hacer el sesgo “más aceptable” e incluso inexistente para la Antropología de Mujeres.
 


jueves, 17 de enero de 2013

LOS RETOS DE LA EVALUACIÓN FEMINISTA EN AMÉRICA LATINA




Entre el 7 y el 10 de enero se llevó a cabo en Santiago de Chile el III Congreso de Ciencias, Tecnologías y Culturas, diálogo entre las disciplinas del conocimiento; Mirando al futuro de América Latina y El Caribe.  Este evento congregó a más de 2000 personas de la región latinoamericana y otros continentes.  Como una buena manera de iniciar el año con grandes desafíos, el Congreso se centró en analizar en qué medida se están produciendo transformaciones profundas en el orden de las cosas, así como identificar si el conocimiento y la innovación están contribuyendo a crear sociedades más justas y equitativas.
En ese contexto y dando seguimiento a un trabajo de investigación, sistematización y análisis que iniciamos hace un año y medio con Fabiola Amariles Erazo, Directora de Learning for Impact (www.learning4impact.com) participamos en el Simposio sobre Investigación Evaluativa con una ponencia conjunta titulada: “Las evaluaciones con enfoque en género y derechos humanos: ¿Realmente estamos contribuyendo al cambio social?”. Nos parecía muy propicio abordar el tema de género, más allá de lo obvio y buscando contribuir con miradas, enfoques y herramientas para una comprensión cabal, desde la investigación evaluativa, de los avances y limitaciones de las mujeres en materia de nuestros derechos y reivindicaciones en el marco del cambio social.  Aunque cabe resaltar que lo obvio tampoco es necesariamente tan obvio, ya que nuestra ponencia fue la única que abordó la dimensión de género dentro del simposio...
Partimos del planteamiento que la búsqueda de la igualdad de género comenzó como un proyecto político, preocupado por transformar las relaciones de poder entre hombres y mujeres y la redistribución de recursos y oportunidades a favor de las mujeres en situaciones de desigualdad y vulneración de derechos. En ese marco, propusimos a la audiencia las siguientes preguntas clave:
·       ¿Se está dando un cambio social? ¿Éste incluye la transformación de las relaciones de género?
·       ¿La investigación evaluativa de políticas y programas de desarrollo está contribuyendo al cambio social? ¿Cómo?
·       ¿Las herramientas y enfoques de evaluación nos están ayudando a entender el cambio?
·       ¿Qué factores políticos permean los aspectos técnicos de la evaluación y los resultados de la intervención? ¿Qué rol juegan los distintos actores?

Con base en estas reflexiones planteamos las oportunidades que presenta la evaluación como un proceso participativo de empoderamiento y creación de conocimiento para la incidencia política, abordando elementos de ética y política, así como las dinámicas interculturales y de poder en los procesos evaluativos. Nos centramos en el doble desafío de mirar lo técnico desde lo político, así como mirar lo político desde lo técnico, resaltando que como evaluadoras feministas somos activistas políticas y agentes de cambio que buscamos aportar a la transformación de la sociedad a una más justa y equitativa.