“Identidades” vs. “máscaras”…en cierto momento ni un@ sabe
quién es “realmente” vs. cuáles son las máscaras con las que transita por la
vida. Y quizás sea simplemente un falso
dilema. - Para reflexionar un poco sobre
el tema antes de terminar el año, recurro a Larry José Madrigal del Programa de
Masculinidades del Centro Bartolomé de Las Casas de El Salvador, a quien tuve
oportunidad de escuchar hace unos meses con motivo de la presentación del
Informe Mundial de Plan Internacional: “Por
ser niña”. El estado mundial de las
niñas 2011. ¿Y los niños qué?
Larry propone la metáfora de las máscaras para el análisis de
género de las masculinidades. “Los materiales
con los que estas máscaras son construidas no son sólo el cartoncillo, la cinta
adhesiva y los marcadores, sino el trasfondo de la trayectoria feminista de
larga data y pronta lucha, concretizada en alunas protagonistas que desafiando
la mainstreaming políticamente
correcta de género y polemizando con muchas de sus colegas, nos han permitido a
algunos varones la mirada crítica del género”, añadiendo que sin dichos
antecedentes la mirada de los hombres sería “falsamente neutral, conveniente
más con comprometida…”.
Las máscaras de la masculinidad abren su sentido con las preguntas
clave sobre las mentiras de lo que aprendieron los hombres, señala Larry,
mentiras sobre ser hombres, ser padres, sobre las relaciones. “Las mentiras tienen varios niveles: en uno
de ellos, cada hombre está invitado a reflexionar personal e interiormente
sobre sus imaginarios más profundos, su mismidad, aquella íntima convicción que
habita su ser…”. Añade que “los niveles
más complejos tienen que ver con que las máscaras tienen rasgos propios, incluso
colores diferentes, cada una ostenta un registro único con los caracteres
biográficos que hacen memoria para legitimar o resignificar. Pero todas siguen una lógica perversa de
ocultamiento, disfraz, antifaz, careta, tantos nombres como usos tienen: sea para
esconderse, para luchar, para el carnaval, para operar, para disimular, para
robar….tristemente, incluso para matar”.
Y las mujeres ¿qué?- Creo que al liberarnos de algunas
máscaras o cautiverios, nos hemos entrampado en nuevas y si bien más legítimas
maneras de “deber ser”, no por ello necesariamente menos amenazantes de nuestra
“mismidad” y autonomía. Citando a
Boaventura de Sousa, desde el feminismo y desde cada una, el desafío radica entonces
en “reinventar un mapa emancipatorio que no se
convierta gradualmente en un nuevo mapa regulatorio”. - Para pensar y actuar el
2013!